miércoles, 24 de agosto de 2016

¿Qué son los derechos humanos?

“Son garantías esenciales,  para que podamos vivir como seres humanos.
Sin ellos no podemos cultivar ni ejercer plenamente nuestras cualidades, nuestra inteligencia, talento y espiritualidad.” Derechos Humanos.Declaración universal de los derechos humanos ONU derechos. Recuperado en:  


Publicado por: Santiago Guzman y Aida Moncada.

¿Qué es la Educación en Derechos Humanos?

Es proporcionarle al ser humano los fundamentos de reconocimiento de ser activo y participe dentro de una sociedad que aunque con múltiples diferencias, busca el desarrollo y el bien común. Va de la mano con los valores y principios (ética y moral), incluye toda persona, lugar y actividad que realice y dicho proceso es constante.


Según el Programa Mundial de las Naciones Unidas para la educación en derechos humanos (2005-2007), “el conjunto de actividades de capacitación y difusión de información orientadas a crear una cultura universal en la esfera de los derechos humanos mediante la transmisión de conocimientos, la enseñanza de técnicas y la formación de actitudes”.

Publicado por: Santiago Guzman y Aida Moncada.

PROYECTO PEDAGOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS PARA LAS UNIDADES EDUCATIVAS

 PRESENTACIÓN

La presente es una propuesta para realizar un proyecto de  intervención en una  unidad educativa de nivel secundario. Nuestra propuesta está inserta en el pensamiento que: “la pedagogía de los derechos humanos busca como fin una cultura de los derechos humanos”. 
Los derechos humanos son una realidad que demanda de una cultura que respalde el discurso, es decir, que los actos, costumbres y valores de una comunidad estén centrados en la dignidad humana.
La cultura es el acervo de valores que se convierte en un ente colectivo, además, es una realidad viva, inconsciente, que está presente en las relaciones cotidianas, en las acciones y leguajes que se dicen y las cosas que se hacen cada día, y de una u otra manera determinan y engloban a las personas dentro de una comunidad. Sin embargo, la cultura también es una realidad cambiante e influenciable, que necesita de pensamientos, hábitos y costumbres que se conserven en el tiempo para transformarla.
De igual manera llamamos cultura de los derechos humanos a una comunidad de sujetos que están vueltos hacia la realidad de su contexto, con sensibilidad social, que conocen lo que son los derechos humanos, sus clasificaciones y posteriores pactos, convenios y mecanismos de participación para concientización y acercamiento a instituciones que velan por los mismos.   
Aquí es donde entra la educación como creadora de cultura, puesto que es la principal llamada a dar un trabajo constante en la formación de los derechos humanos con el deseo que los conocimientos del mismo se efectúen en la realidad vivida.
Sin embargo, la educación, en su amplio e importante papel en la sociedad, es sólo una dimensión que necesita articularse con otros sectores de la sociedad, como: la población civil, los gobiernos particulares, medios de comunicación, demás instituciones y Ongs, entre otros…  
En otras palabras, los derechos humanos implican un trabajo social en red que se continúe en el tiempo, mancomunado, que toque muchos fenómenos sociales e instituciones que hacen parte de la problemática, solo así se logrará crear una cultura de los derechos humanos.
El primer eslabón en la cadeneta de esta red es la educación, esta es la base fundamental que mientras se le dé continuidad en el tiempo puede jalonar a toda una sociedad hacia la deseada cultura de los derechos humanos.
El presente trabajo desea que la propuesta del proyecto educativo sea complementado a su vez dentro de una red de proyectos articulados paralelamente, con la misma temática y al mismo tiempo en distingas instituciones y sectores de la sociedad.
El proyecto educativo que está basado en  3 etapas que se aplicara siempre primero a los docentes de la institución y luego a los alumnos. En algunos casos mientras los docentes están en la segunda etapa del proyecto las mismas temáticas podrán darse a los
1.    Diagnóstico y sensibilización de la realidad.
2.    Formación de conciencia del sujeto.
3.    Acciones concretas y participación.  

A continuación se describirá lo que significa cada una de las etapas y algunos elementos que se deben tener en cuenta para que esta etapa del proyecto esté bien iluminada.

1. Diagnóstico y sensibilización de la realidad:
El plan de acción para diagnosticar la realidad comenzará por parte de los líderes con una acción preparatoria, que describiremos más adelante,  con el fin de  pensar las relaciones, necesidades, valores y actitudes de su contexto particular y luego se complementará este análisis con una serie de temas-talleres que motivan al diagnóstico por parte de las bases; de tal manera, que las conclusiones con las bases nos ayudarán a sumar a una conciencia más amplia de la realidad vivida y posibles mecanismos de intervención.
Sin embargo, hay que tener en cuenta unas concepciones previas para poder realizar mejor el diagnóstico de la realidad; por ejemplo: la delimitación de temáticas de derechos en particular o fenómenos sociales o jurisprudencia acorde a los derechos humanos, para responder a necesidades concretas en la comunidad que se aplique el proyecto.
Un ejemplo de la diversidad temática es pensar en las declaraciones de los derechos de la mujer, derechos de los niños, defensa de  los niños en situación de violencia, trabajadores, entre otros…. José María castillo citando a Jean Bernard afirma que para el 31 de diciembre de 1994 son 103 el total  de convenios, pactos o protocolos de los países en pro de los derechos humanos (castillo 2007) tanta documentación necesita delimitarse para que responda a la realidad.  
Por otra parte, cada uno de  los estados particularmente tiene una serie de leyes y decretos que están de acuerdo a los derechos humanos. Esta  jurisprudencia debe estudiarse y contextualizarse, porque si ha sido promulgado lo más probable es que dicha ley está respondiendo a una realidad social que necesita de cambio  transformador hacia la cultura de los derechos humanos.
Todo lo anterior es considerado por el grupo de líderes, su papel es muy importante porque de la agudeza para reflexiona la realidad podrá perfilarse las demás etapas del proyecto. En otras palabras ellos  se convierten en un equipo investigativo, donde sería ideal la participación de algunos sociólogos, trabajadores sociales, antropólogos, psicólogos sociales, entre otros…. quienes orienten con metodología el proyecto.
Sin embargo, viendo que se carece de tales profesionales en dichas temáticas sólo se necesita de líderes pensantes y con motivación para que orienten según sus percepciones las demás etapas del proyecto.
Las preguntas principales que deben responder los líderes en esta primera etapa son:   
1.    ¿Cuáles son los fenómenos sociales que se ven en tu comunidad?

2.    ¿Cuáles son las relaciones de poder que se identifican en tu comunidad?

3.    ¿Cómo está la realidad de los niños, jóvenes, familias y ancianos?

4.    ¿De qué valores carecemos: unidad, dialogo, trabajo…..?

5.    ¿Cuál es la realidad deseada?

Acción preparatoria: es una herramienta metodológica para comenzar a pensar la realidad, la realiza el grupo investigativo teniendo en cuenta las siguientes herramientas:

Reunión y dialogo con líderes, análisis de decretos o leyes promulgadas en pro de la defensa de derechos, entrevistas con centros de poder, consulta de estadísticas en  oficinas de defensoría de la niñez y adolescencia, tener muy en cuenta entrevistas a actores de Ongs o sacerdotes quienes son imparciales en las comunidades, visitas a familias y a las comunidades haciendo diarios de campo, encuestas, tomar hechos de vida, leer y socializar algunos informes de derechos humanos que anteriormente se hayan hecho sobre el país o la comunidad por ejemplo en la Human Rigth o defensoría del pueblo.

Después de recopilar y organizar la información se articula con una charla sensibilizadora sobre la realidad que está ocurriendo en las comunidades, charla que puede ser dirigida a cualquier sector de la población. Y después de esto se plantean 6 temas-taller consecutivos (mirar el bloque temático) para aplicar en un grupo  de docentes y luego en los distintos grupos de estudiantes.  

2. Formación de conciencia del sujeto.
Esta etapa propone una serie de 6 temas –taller con el fin de darle continuidad a la sensibilización alcanzada en la etapa del diagnóstico, será un poco más cognitivo porque  su propósito es formar la conciencia con conocimiento sobre el tema en sí de los derechos humanos.
Mientras la primera etapa de diagnóstico  está encaminada hacia la sensibilización, es decir, tocar emociones y vincular afectos a los problemas de la realidad social; la segunda etapa está dirigida a la construcción de una pedagogía de los derechos humanos y por esta razón los aportes de la pedagogía crítica y de pedagogía del oprimido de Paulo Freire y del currículo problematizador de Abraham Magendzo junto con las declaración de los derechos humanos son el contenido fundamental de esta etapa.
La pedagogía de los derechos humanos no es un tema particular para dar en un nivel especifico, se convierte en un eje transversal que ilumina cada tema y cada área en todos los niveles, potenciando en los estudiantes la sensibilización social, los pensamientos críticos y la motivación para apropiarse de un conocimiento que resuelve los problemas de su entorno.
Los temas- taller están dirigidos a los docentes de la institución con el objetivo que ellos logren articular de una u otra forma sus áreas con la realidad, es decir, que sus currículos sean más contextualizados y problematizados, que los haga pensar nuevas formas de aplicación de su materia; puesto que un conocimiento que no ayuda a ser mejores personas y gestores de cambio no tiene sentido. 
El reto será que todas las áreas busquen relacionar sus conocimientos específicos con valores, actitudes y derechos palpables, es decir,  un pensamiento complejo (Morín 1999) que articule su disciplina particular con la identidad y la realidad social histórica de los educandos. La bilogía, por ejemplo, está llamada a articular los derechos a la vida, los animales y el medio ambiente; de igual manera las demás cada área hará lo mismo en especial la ética, sociales, filosofía, historia y la  economía.
Como segunda medida estas temáticas serán dadas posteriormente a los estudiantes, de tal manera que cuando los docentes estén en la segunda etapa los estudiantes entre en la primera, y cuando los docentes estén realizando la 3ra. Etapa los estudiantes vean la segunda, así los estudiantes tendrás los talleres de derechos humanos y paralelamente en cada curso y cada tema se estará haciendo alusión a los derechos humanos.  
  
3. Acciones concretas de participación.
En esta etapa se espera que los sujetos estén sensibilizados y que desde  sus grupos de pares encuentren medios de participación política y social que defienda los derechos humanos. 

La participación comienza desde movimientos juveniles por la paz, ferias educativas, escuelas de vida, encuentros deportivos en pro de una juventud distintas,  acciones de dialogo, marchas, manifestaciones culturales entre otros … se trata que los diferentes grupos tomen parte en la transformación de una nueva sociedad, más justa y más igualitaria.

OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL: Perfilar un proyecto mancornado, que toque varias esferas e instituciones de la sociedad. Empezando por un pequeño proyecto educativo aplicado en cualquier unidad educativa en pro de crear una cultura de los derechos humanos desde una  pedagogía de los derechos humanos.


OBJETIVOS ESPECIFICOS:
·         Reflexionar y perfilar posibles intervenciones sociales en el tema de los derechos humanos. 
     Crear un blog donde se describa el proyecto educativo y se comparta una serie de temas- taller sobre la temática de los derechos humanos.
      Reflexionar y proyectar un análisis de la realidad desde la pedagogía critica en el contexto social de su unidad educativa.
Ayudar a crear conciencia y nuevas actitudes en pro de una cultura de los derechos humanos.

JUSTIFICACIÓN

Toda sociedad actual crea consciente o inconscientemente la sociedad del mañana. Sin embargo, las problemáticas sociales de hoy, tales  como: la violencia generalizada y la mentalidad productiva por encima del ser humano, entre otras situaciones, exigen que los ideales humanistas de los derechos humanos no se vean anclados como islas muertas en el mar de la indiferencia e indivualismo del mundo de hoy.  
En consecuencia es fácil evidenciar un conflicto de valores en el tema de los derechos humanos, por un lado por el relativismo moral y cultural,  y por el otro, el ideal deseado de los derechos humanos de personas dignas, hace que muchas veces pugnen entre sí. Tal conflicto se comprueba cuando estas frente a la realidad concreta que viven día a día las comunidades; por ejemplo, se promulga y se lucha por el valor a la vida mientras en algunos estados se aprueba la pena de muerte y el aborto. (Magendzo 2001)
Tal realidad de conflicto radica en el hecho cultural e ideológico donde muchos estados y comunidades poseen diversidad de cosmovisiones y  de valores entorno a la forma de interpretar el mundo.
Otro elemento que se suma al conflicto de valores es la pretensión universalista del discurso de Los derechos humanos, que como afirma la organización mundial de la salud ve los derechos humanos como: “garantías jurídicas universales.”[1], afirmación que al parecer es verdad por el hecho que desde 1948 cada vez son más los estados que se suman a la serie de pactos y declaraciones de los derechos humanos. Sin embargo, ¿dónde queda el tema de las culturas que entran en conflicto con algunas declaraciones de valores en los derechos humanos?
A mi parecer el problema está dado porque existe en el discurso de los derechos humanos una ideología esencialista propia de la filosofía liberal de la revolución francesa, que pervierte o que obvia el hecho cultural de las comunidades en particular.  
La base fundamental de los derechos humanos es el concepto de dignidad humana, pero se le mira como una esencia ontológica innata. El problema es que si fuera así tal esencia dentro de cada ser humano, todos tendríamos una especia de chip mental y social que permitiera hacer valer de por sí su esencia personal y la de cada individuo en el marco las relaciones de unos con otros; situación que no pasa y que nos lleva a reinterpretar el paradigma de dignidad ontológica.
Cabe citar aquí el caso de Abraham Magendzo que, al escribir el currículo problematizador perfilando una pedagogía que respondiera al discurso de los derechos humanos (Magendzo 2001),  se da cuenta del choque del discurso con la realidad y lo que termina haciendo es idealizando un perfil de un supuesto sujeto de derechos, situación que difícilmente se hará factible.
De igual manera sucede al confrontar la dignidad ontológica con la historia, se evidencia fácilmente tantas guerras y violencias generalizadas de ayer y hoy en cada lugar del planeta tierra, esto quiere decir que tal carácter esencialista de la dignidad humana no es real, en cuanto tal.
Lo anterior significa que la dignidad humana, entendida como valor ontológico, es más bien fruto del contractualismo liberal del siglo XVIII, y que en lo que se debe hacer énfasis es que la dignidad humana es un ideal de hombre que necesita de una construcción desde el debate, desde los acuerdos pensados y consensuados, desde la formación de la conciencia.
De esta manera la declaración de los derechos humanos no promueven una esencia, sino un convenio, una especie de contrato hegemónico que  no es universal en cuanto tal, sino que posee una tendencia universalista. Pesando de esta manera  se respetaran las diferencias culturales en pro de un dialogo de acuerdos para los derechos humanos y se perfilara un proyecto más posible.
Complementando lo anterior los derechos humanos siendo leyes consensuadas no se hacen factibles fácilmente porque se necesita de una pedagogía de los derechos humanos que sensibilice, forme la conciencia y cree los espacios adecuados para dialogar sobre la misma, por tanto esta pedagogía implica la socialización con las bases que haga pactos en pro de la defensa de los derechos humano en cada comunidad particular, en otras palabras se demanda de una cultura de los derechos humanos.
Nuestra postura es que los derechos humanos reclaman en sí mismos de una cultura de los derechos humanos para que se hagan reales en la vida de las comunidades. Solo una pedagogía de los derechos humanos crea en el tiempo una cultura de los derechos humanos.
Entra en este panorama la pedagogía crítica de Henry Giroux y de Paulo Freire como guía, para que unida a los conocimientos en derechos formen una base contextualizada y crítica de la realidad, plataforma fundamental para la ejecución  factible de los derechos humanos.
La vida no es la vida que idealizamos y soñamos, es la vida que construimos todo juntos; este es el reto que trabajemos todos juntos en crear un cultura de los derechos humanos que garantice el discurso.


[1] Referencia virtual tomado: http://www.who.int/topics/human_rights/es/ (21 de agosto de 2016)

METODOLOGÍA

Es importante pensar que la didáctica que pretendemos implementar es la necesidad de crear conciencia y nuevas actitudes reflexivas. Si se logra crear una conciencia colectiva y  participativa, es el paso fundamental para crear cultura de los derechos humanos. 
El paradigma cognitivo que ve en la racionalización el dominio de las pasiones, como afirmaba Descartes, es una posición equivoca y anticuada porque es fácil ver como personas formadas intelectualmente están dominadas por las mimas.
Considero que la formación de la conciencia es un hecho difícil de lograr, necesita de una serie de características que puestas en marcha en el tiempo puedan  lograr formarse.
La conciencia la defino como una serie de pensamientos y actitudes que reclaman:
1.    Hábitos que formen el carácter como lo afirmaba la escuela conductista.
2.    Un conocimiento racional que nutra los juicios.
3.  De una autonomía formada en el sí mismo, libre pensante y lejos de determinismos institucionales.
4.    voluntad sensibilizada y decidida para actuar.
Por tanto la metodología que planteamos aquí es una metodología reflexiva y experiencial, que confronte al sujeto y que los lleve paso a paso a unir emociones, reflexiones y actitudes frente la temática y la realidad social. 

BLOQUE TEMATICO.

Bloque 1.
Etapa 1: Análisis de la realidad.  

·         Tema 1. Charla de sensibilización.
·         Tema 2. ¿Es posible la transformación?
·         Tema 3. Caminando juntos y  juntas: la construcción de nuestros principios.
·         Tema 4. Análisis de relaciones. Mapas de actores y relaciones.
·         Tema 5. Niveles de transformación.
·         Tema 6. Saquemos conclusiones.

Bloque 2
 ¿Qué son los derechos humanos y cuáles son los mecanismos de participación?

·         Tema 1. ¿Qué es la dignidad humana?
·         Tema 2.   Pedagogía crítica y pedagogía del oprimido.
·         Tema 3. ¿Qué son los derechos humanos  y su historia?
·         Tema 4.  ¿Cómo se clasifican hoy los derechos humanos?
·         Tema 5.  ¿Cuáles son los pactos, convenios y protocolos de los países?
·         Tema 6.  Medios de participación.

Bloque 3.   

·         Tema 1. ¿Qué podemos hacer?
·         Tema 2. Cuál es nuestro proyecto común.


 BLOQUE 1
DIAGNOSTICO DE LA REALIDAD.

TEMA 1. CHARLA DE SENSIBILIZACION.

·    NOTA ACLARATORIA: la idea de este tema es que haga partiendo del análisis de la realidad que el grupo de líderes haya realizado, con estadísticas, videos, hechos de vida se trata de evidencia la realidad más próxima y de sensibilizar para los demás temas-taller.

TEMA. 2 ¿ES POSIBLE LA TRANSFORMACIÓN?

OBJETIVO Identificar y analizar elementos claves de procesos de transformación comunitaria.
·        
     MOTIVACION DE LA EXPERIENCIA
En trozos de cartulina se ponen las siguientes frases, se pega en la pared y se les pide a las personas que entran al salón y en silencio y de un vuelta sobre el salón y lean las frases. (se puede poner algún audio de fondo)
“aquí son las cosas así y ya…..”
“Es mejor no involucrarse en política porque eso puede ser causa de muerte”
“En este país no hay oportunidades”
“siempre son  unos pocos, los poderosos quienes toman las decisiones”
“auqui no se puede hablar, es mejor no hablar”

Posteriormente se muestra el video http://youtu.be/M53yEgnlyWA sobre la experiencia de transformación del barrio los comuneros.

·         DESCRIPCIÓN DE LA EXPERIENCIA
Aquí se motiva a las personas a respondan las siguientes preguntas y luego a socializarlas:
¿Cuáles son los fenómenos sociales que se ven en tu comunidad?
¿Cuáles son las relaciones de poder que se identifican en tu comunidad?
¿Cómo está la realidad de los niños, jóvenes, familias y ancianos?
¿De qué valores carecemos: unidad, dialogo, trabajo…..?
¿Cuál es la realidad deseada?

·         ANÁLISIS DE LA EXPERIENCIA

Las personas se dividen en grupos y comparten las lecturas sobre la experiencia de las mujeres Wajir, para hacer una síntesis y compartir en el grupo. Se escogen varias personas para exponer y luego se ilumina sobre experiencias de resolución de conflictos y mecanismos de trasformación social.

UN RELATO DESDE WAJIR: CÓMO UN PUÑADO DE MUJERES DETUVO UNA GUERRA.
Por John Paul Lederach

Las mujeres de Wajir no tenían la intención de parar una guerra (1). Lo único que querían era asegurarse que podían obtener alimentos para sus familias. La idea inicial era bastante simple: garantizar que el mercado fuera un lugar seguro para cualquiera que se acercara a comprar o vender.
El distrito de Wajir está situado al nordeste de Kenia, cerca de las fronteras con Somalia y Etiopía. Está habitado mayoritariamente por clanes Somalíes. Al igual que en otras partes del Cuerno de África, la gente de Wajir ha sufrido el impacto de las numerosas guerras internas en las vecinas Somalia y Etiopía. Con la caída del gobierno Somalí en 1989, el incremento de las luchas en el interés del país originó una incontable salida de personas refugiadas, que se volcaron hacia la frontera con Kenia. En poco tiempo, Wajir se vio atrapada entre la lucha de clanes, con flujos de armas, grupos combatientes y personas refugiadas que hacían la vida cada vez más difícil. Para 1992, el Gobierno de Kenia declaró el estado de emergencia en Wajir.
Los noventa no fueron la primera vez que Wajir experimentaba guerras por causa de clanes, pero pronto se convirtieron en uno de los peores ciclos de violencia. Dekha, una de las mujeres en Wajir, recuerda que una noche a mediados de 1993 estalló, una vez más, un intercambio de disparos cerca de su casa. Entonces ella corrió, agarró su primera hija y permanecieron escondidas bajo la cama durante varias horas, mientras las balas atravesaban su habitación. Por la mañana, hablando de lo ocurrido durante la noche, la madre de Dekha recordó los días en 1966, cuando Dekha era una niña y tuvo que mantenerla oculta bajo la cama. Reflexionaban aquella mañana y se entristecían porque la violencia no había acabado y porque, como madres, estaban cansadas de la violencia. Así que se reunió con otras mujeres con historias similares. Fatuma cuenta cómo, durante un matrimonio, las mujeres estaban preocupadas por cómo regresarían  a sus hogares, y tuvieron que marcharse más temprano. Lamentaban la creciente violencia, los asaltos a lo largo de las carreteras, las armas que andaban por todas partes, portadas por sus jóvenes hijos, y el temor ante los abusos y violaciones con que las jóvenes vivían incluso en sus propios pueblos de origen.
Así que las mujeres fueron reuniéndose discretamente; eran poco menos de una docena al principio: “Sólo queríamos unir nuestras cabezas”, decían, “para ver qué sabíamos y qué podíamos hacer. Y decidimos que el lugar desde donde empezar era el mercado”. Se pusieron de acuerdo en una idea básica: el mercado debería ser un lugar seguro para que cualquier mujer perteneciente a cualquier clan pudiera ir, vender y comprar. Las mujeres estaban pensando en sus hijos e hijas, y para ellas, el acceso y la seguridad en el mercado era manejado básicamente por mujeres, ellas mismas fueron corriendo la voz. Establecieron observadoras que vigilaban cada día lo que ocurría en el mercado, y que debían dar cuenta de cualquier infracción, de cualquier abuso contra alguien a causa de su clan u origen geográfico. Cuando surgían problemas, una pequeña comisión de mujeres actuaba rápidamente para resolverlos. En poco tiempo, las mujeres habían creado una zona de paz en el mercado. Sus reuniones e iniciativas desembocaron en la creación de la Asociación de Mujeres de Wajir por la Paz.
Trabajando duramente en el mercado se dieron cuenta de que los enfrentamientos generalizados seguían afectando sus vidas, y por ello, se sentaron de nuevo y decidieron entablar conversaciones directas con los jefes ancianos de todos los clanes. Aunque ellas también tenían acceso a sus mayores, esto no era fácil de lograr. “¿Quiénes son las mujeres para aconsejarnos y presionarnos?” era la respuesta que temían obtener. Así que se sentaron y analizaron a fondo su comprensión del sistema de ancianos, vieron quiénes eran los ancianos realmente claves, y la composición de los clanes somalíes en Wajir. Luego, utilizando sus conexiones personales con sus propios grupos, trabajaron también con hombres sensibilizados y consiguieron convocar una reunión con los ancianos de todos los grupos. Ellas se ubicaron cuidadosamente para no presionar o asumir las reuniones como de ellas, sino que más bien, le pidieron a uno de los ancianos, muy respetado pero proveniente del más pequeño de los clanes locales, por eso mismo el menos amenazante, que se convirtiera en el portavoz en la reunión, hablando directamente a los otros ancianos y apelando a su responsabilidad. “En realidad – preguntó- ¿por qué estamos luchando?”. “¿Quién se beneficia de esto? Nuestras familias están siendo destruidas”. Sus palabras provocaron largas discusiones. Los ancianos jefes, incluso algunos de los que habían estado fomentando matanzas en venganza, acordaron abordar los temas y detener los enfrentamientos. Formaron el Consejo de Ancianos para la Paz, que incluía subcomisiones y un grupo que se reunían periódicamente, e iniciaron el proceso de comprometer a los combatientes que estaban en el monte y resolver los choques entre clanes.
Las mujeres, percatándose de que esa iniciativa podía ser muy importante para Wajir, decidieron ponerse en contacto con funcionarios gubernamentales del distrito y, más adelante, con los representantes nacionales en el Parlamento. Acompañadas por algunos de los ancianos, ellas describieron con transparencia sus iniciativas y el proceso realizado, accedieron a mantener informados a los funcionarios y los invitaron a diversas reuniones, pero les solicitaron a cambio que no alteraran el proceso que estaba en marcha, recibiendo el beneplácito del Gobierno.
Pronto la cuestión se tornó en cómo implicar a la juventud, especialmente a los jóvenes que estaban escondidos y peleando en el monte. Las mujeres y ancianos mantuvieron encuentros con jóvenes claves en el distrito, y formaron lo que se acabó conociendo como Juventudes por la Paz. Las mujeres no sólo se adentraron junto a ellos en la selva y se reunieron con los combatientes; empezaron a viajar por todo el distrito, dando charlas públicas a madres y jóvenes. Pronto descubrieron que una preocupación fundamental era el tema del empleo, y que las armas, la guerra y el cuatrerismo representaban un considerable negocio económico. Si los jóvenes iban a abandonar la lucha, sus armas y la selva, necesitarían algo en qué ocupar su tiempo y con lo cual obtener ingresos. Así se comprometió a la comunidad empresarial, y se ofrecieron iniciativas de reconstrucción y puestos de trabajos locales. Juntos, las mujeres del mercado, las comisiones de ancianos, las Juventudes por la Paz, el empresariado y dirigentes religiosos locales formaron el Comité por la Paz de Wajir.
Mediante la labor de los ancianos, fueron dándose ceses al fuego. Se crearon comisiones para verificar y apoyar el proceso de desarme de las facciones ligadas a los clanes. Se coordinó con estas comisiones y la Policía del distrito un proceso de entrega de armas a las autoridades locales. Se crearon equipos de respuesta a emergencias, formados por ancianos de diferentes clanes que se desplazaban tan pronto como se tenía noticia para ocuparse de nuevos brotes de enfrentamientos, asaltos o robos.
Para solidificar la creciente paz, el Comité por la Paz y el Desarrollo de Wajir reunió a todos los grupos y mantuvo encuentros periódicos con dirigentes del distrito y nacionales. No podían controlar los enfrentamientos armados que continuaban en la vecina Somalia ni el influjo de problemas que llegaban de más allá de sus fronteras, pero fueron encontrando cada vez más formas de proteger sus pueblos y detener las peleas locales antes de que se volvieran una espiral incontrolable. Fue fundamental para el éxito de estas iniciativas la capacidad de actuar rápidamente y frenar los potenciales momentos de escalada, comprometiendo directamente a las personas implicadas. Los excombatientes, ya desarmados y de regreso en sus comunidades, se convirtieron en aliados del movimiento y contribuyeron a comprometer positivamente a otros grupos combatientes, potenciando el proceso de desarme. Cuando se cometían crímenes, el propio grupo señalaba a los culpables, y se buscaba la restitución antes que la protección ciega y los ciclos de venganza.
Diez años después, el distrito de Wajir se enfrenta aún a serios problemas, y el Comité por la Paz y el Desarrollo de Wajir todavía trabaja activamente por la paz, continuando su expansión. Los nuevos programas incluyen formación policial y trabajo en las escuelas locales. Más de veinte escuelas están participando y han formado la red de Educación para la Paz, que incluye mediación de pares y formación de profesorado en resolución de conflictos.
La pobreza y el desempleo siguen siendo retos importantes en Wajir. Las armas aun atraviesan las fronteras en esta región, puesto que no han cesado los enfrentamientos en Somalia, y estos se desbordan en Wajir. Los asuntos religiosos y las implicaciones mundiales surgidas a partir del 11 de Septiembre de 2001, con la presencia de marinos de los Estados Unidos y las campañas antiterroristas, se han convertido en problemas nuevos. Pero las personas implicadas en el Comité por la Paz y el Desarrollo de Wajir prosiguen su duro trabajo. Los ancianos se reúnen con regularidad, y hay una mayor cooperación entre los poblados locales, los clanes y los funcionarios del distrito.
Y las mujeres que detuvieron una guerra manejan hoy una plaza de mercado mucho más segura.
Tomado de “La imaginación moral: El arte y el alma de construir la Paz” de John Paul Lederach. 2008 p. 30-34.
 Preguntas orientadoras:
·         ¿Cómo se sentían las mujeres de Wajir?
  • ¿Qué querían cambiar las mujeres de Wajir?
  • ¿De qué manera lo hicieron?
  • ¿A quiénes recurrieron? ¿en qué niveles?
  • ¿Cuál fue su estrategia?
  • ¿Qué elementos se pusieron en juego en esta acción transformadora?
  • ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de esta historia?

·         DISCERNIMIENTO DE LA EXPERIENCIA

Acciones transformadoras
Se entiende por “Acciones Transformadoras” los actos y procesos orientados a lograr los cambios (sociales, económicos, culturales, políticos y ambientales) que los sujetos implicados desean. Se refiere a acciones a través de las cuales se busca transformar aquellas realidades que vulneran la vida, los derechos y los territorios de las personas. Se tornan transformadoras en tanto ocurren en un proceso de reflexión – acción que permite entender el lugar desde el cual se comprende y dota de sentido esas acciones haciendo de éstas, experiencias de aprendizaje que pueden movilizar nuevos cambios.
La acción transformadora está definida como idea de “cambio” o “transformación”. Aquí las personas, grupos o comunidades que se movilizan parten de una necesidad sentida, de un deseo, de una falta, de una motivación profunda que las lleva a actuar y a organizarse con otras para conseguir las transformaciones anheladas. 

Elementos que se ponen en juego en acciones de transformación:
El relato de las mujeres de Wajir y el video del barrio Los Comuneros, manifiestan algunos de los elementos que se pusieron en juego en estas experiencias de transformación:

Los actores (levadura) que fermentan la comunidad (masa): En el video del barrio “Los Comuneros” vimos un equipo de personas que se llamaban grupo Levadura. Ellos y ellas adoptaron este nombre del texto bíblico del Reino de Dios y su propósito fue dinamizar, animar o promover la participación y la organización comunitaria, y la articulación con otros actores para desarrollar las iniciativas de transformación. En el relato de Wajir, fue un pequeño grupo de mujeres quienes, a partir de sus necesidades y sentimientos compartidos, decidieron hacer algo para hacer del mercado un lugar pacífico. Unos y otras conforman el equipo de actores que animan a su comunidad para impulsar la transformación.

“La levadura crítica utiliza la metáfora de la producción del pan. Los ingredientes básicos para el pan son: harina, sal, agua y levadura. Estos ingredientes forman la masa, pero ella solamente crece con el ingrediente más pequeño, la levadura. La parábola de la levadura crítica pregunta por: ¿quiénes, dentro de la situación dada, cuando se unen tienen la capacidad de hacer que las cosas vayan creciendo hacia el final deseado?”[1]

¿Con quiénes?: construcción de plataforma social. Tanto las mujeres de Wajir, como el equipo Levadura del barrio Comuneros identificaron actores de base, organizaciones, instancias de diversos niveles que podrían jalonar, apoyar y promover la transformación anhelada. Tuvieron la capacidad de articular grupos, personas e instancias de diversos niveles de la sociedad como una araña que teje su red, con el fin de crear una plataforma social para el cambio.

Situaciones problema: Las acciones transformadoras se emprenden porque los actores perciben y sienten que existe una realidad problemática que quieren cambiar debido a que los afecta demasiado. También, hacen referencia a aquellas causas que generan injusticia y violencia y que terminan dividiendo o polarizando a la comunidad en grupos o bandos.

Para identificar las causas de esas situaciones problema se requiere hacer lecturas contextualizadas, históricas e informadas, y de esta manera, las respuestas o alternativas de transformación que construyan los grupos y comunidades tendrán más impacto y serán realmente pertinentes y duraderas.

Construcción de sentidos conjuntos o procesos enmarcadores que movilizan a las personas a participar en acciones de cambio: David Snow los define como esfuerzos realizados por grupos de personas en orden a construir formas compartidas de considerar el mundo y a sí mismas, que legitimen y  muevan a la acción colectiva. Hace referencia a los significados compartidos a través de los cuales la gente define la situación. Por ejemplo, que se sientan agraviadas por determinada realidad y que sientan que la acción que van a realizar puede ayudar a mejorar esa situación.

Capacidad de percibir cosas más allá: Las acciones transformadoras –AT- tienen lugar cuando los actores “desarrollan una capacidad de ver cosas más allá y a un nivel más profundo de lo que salta a la vista[2]. Esto no es fácil. Se requiere un estado de atención y percepción que permita indagar por las raíces de esas situaciones que nos afectan, de esas relaciones o problemáticas que vulneran los derechos humanos pero que han sido legitimadas o naturalizadas en nuestros contextos sociales. 

Desarrollar la capacidad de imaginar cosas nuevas: La imaginación nos permite vislumbrar la capacidad de crear cosas y realidades nuevas (Lederach, 2009). Esto tampoco es sencillo, porque pareciera que las cosas ya están creadas o dadas y que no podemos cambiarlas o incidir en su transformación. Por ello, es importante comprender que las realidades no son fijas, no están dadas, son históricamente construidas y por tanto, es posible transformarlas. Toda acción transformadora es un acto creativo, en el que se ponen en juego las subjetividades, habilidades, saberes y sueños de los actores para dar vida a una obra de arte. “El ejercicio de la imaginación irrumpe en nuevos territorios y se niega a quedar atado a lo que plantean las visiones existentes sobre la realidad percibida o a lo que las respuestas prescriptivas determinan como posible[3].

Capacidad de leer críticamente el contexto y el territorio vital: Las Acciones Transformadoras se inscriben en contextos y realidades históricas construidas por seres humanos, y leídas por los sujetos que se movilizan en la acción y por otros que hacen parte de los territorios, escenarios o comunidades donde éstas se llevan a cabo. La lectura crítica de contextos y territorios permite indagar por las representaciones sociales que las personas y grupos construyen sobre los lugares que habitan y, por las maneras en que le dan significado a la historia construida en ese territorio, los acontecimientos vividos, las dinámicas económicas, sociales, políticas y culturales que les concede apropiarse del territorio y desarrollar la vida individual, familiar y comunitaria. Los sujetos, en tanto constructores de esa realidad social que a su vez los interpela, dotan de sentidos esas realidades que quieren cambiar, e identifican aquello que desean transformar porque los afecta, porque va en contra de su dignidad, de sus anhelos, del goce de sus derechos.

Condiciones y/o hechos desencadenantes: Aunque las personas perciban que existen realidades que los vulneran, el solo deseo de cambio no lleva a actuar. En cada contexto y situación concreta, por lo general, se presentan hechos desencadenantes o condiciones externas que pueden favorecer la movilización de los actores hacia iniciativas de transformación. Por ejemplo, facilitar espacios por parte de terceros para tramitar conflictos o cambios en el contexto que permiten leer las realidades de una manera diferente, proveer estructuras de movilización previas que posibilitan canales colectivos para que la gente participe y pueda desarrollar su acción. Entre ellos están los siguientes:

  • Las estructuras de movilización: Se refiere a organizaciones, grupos o canales colectivos, tanto formales como informales, a través de los cuales la gente puede movilizarse e implicarse en la acción colectiva. El apoyo de terceros y su plataforma social, a favor de la transformación, son claves en ese sentido. Por ejemplo en el video del barrio Los Comuneros, se observa el papel fundamental que jugó la Pastoral Social para dinamizar la organización comunitaria y para apoyar, a través de su estructura, la movilización de la Comunidad. 

  • Entre las condiciones se identifican la configuración de espacios, recursos y unas garantías que pueden estar dadas por los actores implicados en el proceso o por un tercero, así como aquellas que pueden no estar dadas, pero requieren ser construidas para que las acciones tengan lugar: por ejemplo, dos o más actores que se encuentran en conflicto y que cuenten con un escenario de encuentro en el que pueden tener un diálogo y un espacio de negociación; otro ejemplo puede ser la legitimidad de un mediador que es reconocido por los actores como válido, entre otras.

  • La estructura de oportunidades políticas, sociales, económicas y culturales, hace referencia a aquellos cambios en el sistema político, económico, cultural o social que pueden ser percibidos por los actores como oportunidades para la acción.  Por ejemplo, los cambios más destacados de la EOP surgen de la apertura de acceso al poder, de los cambios de lineamientos gubernamentales, de la disponibilidad de aliados influyentes y de las divisiones dentro de las élites y entre las mismas.

  • Los efectos de la acción: Pueden ser impactos pensados, proyectados y deseados, pero también se pueden dar cambios o efectos que no se esperaban a corto, mediano y largo plazo.
Estos son tan sólo algunos de los elementos que se considera se ponen en juego al momento de realizar acciones transformadoras como actos creativos que buscan un cambio. Seguramente, ustedes identificarán muchos otros en las acciones transformadoras que tienen lugar en los grupos y comunidades que acompañan desde Pastoral Social.


[1] Neufeldt Reina, Fast Larisa, Schreiter Robert. Starken Brian. McLaren Duncan. Cilliers Jaco.  Lederach, John Paul. Manual de Construcción de Paz - Manual de Capacitación de Cáritas. Cáritas Internacionalis. 2002. p. 173.
[2] Lederach. John Paul. La Imaginación Moral. Bogotá Colombia. Norma. 2009. Pág. 54.
[3] Ibíd. P. 55. 

BIBLIOGRAFIA

·         CASTILLO, José María. La Iglesia y los derechos humanos. Editorial Desclee de brouwer, S.A. 2007.

·         Hacia una pastoral social transformadora. Documento del trabajo de secretariado nacional de pastoral social.

·         CASTILLO, José María. La iglesia y los derechos humanos. Editorial Desclee de brouwer, S.A. 2007

·         MORIN, Edgar. Los 7 saberes necesarios para la educación futuro. Edición Santillana. 1999 Promocionado por: UNESCO, (organización de las naciones unidas para la educación, ciencia y la cultura).

·         FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido. Editorial Herder. Nueva York.1970

·         MAGENDZO, Abraham. La educación en derechos humanos: Diseño problematizador. Coordinador Cátedra Unesco en EDH  Santiago- Chile.

·         MAGENDZO, Abraham. Hacia una pedagogía de los derechos humanos desde la comprensión del conocimiento de los derechos humanos. Lima Perú .Mayo 2001 

·         MAGENDZO, Abraham. Pedagogía crítica y educación en derechos humanos. Diciembre 2002

·         LEVINAS, Emmanuel. Totalidad e infinito. Ediciones Salamanca. 2012.

·         GADAMER, Hans—Georg. El giro hermenéutico. Colección teorema serie mayor. Ediciones Cátedra, S. A., 1998